Sin duda, la actual crisis propiciada por la COVID-19 ha influido en el desarrollo exponencial de la telemedicina. La telemedicina va más allá de realizar consultas telefónicas con los pacientes y está incluida en la transformación digital aplicada a la medicina.

Ninguna revolución tecnológica llega sin sus luces y sus sombras, y la telemedicina no es ninguna excepción. Quizás es el componente de la ‘revolución e-health’ que más abruptamente se ha impuesto por las peculiaridades de la presente pandemia. Su implementación ultrarrápida nos ha dejado ya evidencia de lo bueno y de lo menos bueno de ella: desde la seguridad ante el contagio y la velocidad de un diagnóstico remoto, hasta la frialdad y su falta de empatía para un paciente muy necesitado de calor humano en tal difícil trance. Dos caras de una misma moneda. La clave para maximizar lo positivo y minimizar lo negativo pasa por entender la forma adecuada de manejar las 15 palancas de la e-health:

1) Cloud-health, el origen de todo.

2) Movilidad, recetando aplicaciones.

3) Big data medicine, los datos son el nuevo oro negro.

4) IOT-health, dispositivos inteligentes que nos curan.

5) Wearables, medicina que se viste.

6) S-health, medios sociales para la medicina.

7) 3D-printing, imprimiendo salud.

8) AI-health, inteligencia artificial médica.

9) Robotic-health, la nueva realidad droide.

10) Telemedicina, el futuro ya más presente.

11) AR-medicine, aumentando la realidad médica más allá de nuestra vista.

12) VR-medicine, realidad virtual para experiencias médicas multisensoriales.

13) 5G, velocidad que salva vidas.

14) Nanomedicina, el poder más allá del microscopio.

15) Ser humano virtual, cuando la ciencia ficción se hace realidad.