Rev Esp Endocrinol Pediatr 2015;6 Suppl(2):21-27 | Doi. 10.3266/RevEspEndocrinolPediatr.pre2015.Nov.322 | |||||||||
Desarrollo sexual diferente (DSD): tratamiento farmacológico | |||||||||
Differences or Disorders of Sex Development (DSD): pharmacological treatment | |||||||||
Sent for review: 10 Nov. 2015 | Accepted: 10 Nov. 2015 | Published: 28 Dec. 2015 | |||||||||
Jesús Barreiro, Paloma Cabanas, Julissa Angulo, Lidia Castro-Feijoo | |||||||||
Unidad de Endocrinología Pediátrica y Crecimiento. Hospital Clínico Universitario. Santiago de Compostela | |||||||||
Correspondence:Jesús Barreiro, Unidad de Endocrinología Pediátrica y Crecimiento, Hospital Clínico Universitario, C/ Choupana S/N, 15706, Santiago de Compostela E-mail: jesus.barreiro.conde@sergas.es | |||||||||
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INTRODUCCIÓN Las DSD (Desarrollo sexual diferente, Differences or Disorders of Sex Development) comprenden un amplio espectro de anomalías en las que existe una discordancia en los criterios, cromosómico, gonadal y fenotipo, que definen el género. Para hablar de DSD se recomienda utilizar la nomenclatura aceptada en el consenso de Chicago en 2006. En los últimos años el diagnóstico etiológico de los DSD ha mejorado debido a los avances en medicina molecular. El estudio genético de las DSD es fundamental no sólo para su diagnóstico etiológico, sino para plantear el tratamiento más adecuado. Se hace necesario, por tanto, equipos multidisciplinarios con experiencia en DSD para el seguimiento de estas alteraciones poco frecuentes, en la que los padres han adquirido un papel importante en la toma de decisiones transcendentales para el niño/a. En cuanto a la terapia hormonal no existe un acuerdo generalizado acerca del mejor momento para iniciar el tratamiento, ni de las dosis iniciales, ni de pautas del aumento progresivo de las mismas. La mayoría de los grupos destacan la necesidad de iniciar el tratamiento farmacológico con una dosis baja y continuar con un aumento progresivo de la misma, pero con diferencias en cuanto a la edad del inicio y dosificación en los primeros años. Se acepta inducir el desarrollo puberal alrededor de los 11 años de edad ósea en las niñas y de los 12 años en los niños e incrementar lentamente. Si la talla final está comprometida, como sucede en el síndrome de Turner, se puede retrasar la terapia estrogénica.
INDUCCIÓN DEL DESARROLLO PUBERAL EN EL VARÓN El inicio del tratamiento hormonal sustitutivo en el varón no se recomienda efectuar con una edad ósea inferior a los 12 años y no es aconsejable esperar mucho más de los 13-14 años de edad cronológica, para no exponer al paciente a dificultades de relación con sus compañeros por el retraso madurativo, así como favorecer la adquisición adecuada de masa ósea. En varones, la forma más sencilla y eficaz de inducir el desarrollo puberal es la administración de preparados depot de testosterona de acción prolongada (enantato o cipionato) por vía intramuscular. La dosis inicial será de 25-50 mg cada 4 semanas y se incrementará en 50 mg, cada 6-12 meses, para alcanzar en 3-4 años la dosis de sustitución de un adulto, que oscila entre 200-250 mg cada 10-14 días. El control de la eficacia se realiza por los cambios clínicos y los niveles de testosterona antes de la próxima dosis. La testosterona depot, de administración intramuscular se absorbe lentamente, con un pico suprafisiológico entre el primero y tercer día y luego va disminuyendo hasta los 10 ó 14 días. El objetivo terapéutico que se busca con su administración es alcanzar una virilización completa, que se podrá lograr a los tres o cuatro años del inicio y los niveles plasmáticos de testosterona antes de la nueva inyección estén en el límite bajo de la normalidad. Los parches transdérmicos y los geles de testosterona no son recomendados para inducir el desarrollo puberal. El gel de testosterona no está aprobado para menores de 18 años, pero podría ser un método más fisiológico de inducción de la pubertad. La administración de andrógenos no está exenta de efectos secundarios, que se van a manifestar en periodos de sobredosificación, pero éstos son mucho menos frecuentes que en adultos. Podemos destacar: - Aumento de masa muscular, retención hídrica. - Efectos cutáneos (acné y alopecia de localización temporal). - Ginecomastia moderada por la aromatización periférica a estradiol. - Eritrocitosis, trombocitosis y aumento de agregación plaquetaria. - Alteraciones hepáticas: quistes hemorrágicos hepáticos, colestasis, adenoma. - Disminución del tamaño testicular, azoospermia y oligospermia. - Aumento de la líbido y agresividad. Se debe vigilar la eritrocitosis al inicio, a los 3 a 6 meses y después de cada cambio de dosis.
INDUCCIÓN DEL DESARROLLO PUBERAL EN LA MUJER Se acepta inducir el desarrollo puberal alrededor de los 11 años de edad ósea en las niñas. En niñas, la inducción de la pubertad se realizará con estrógenos y con dosis iniciales muy bajas para evitar el cierre epifisario. Los regímenes más habituales empleados incluyen la administración oral de estrógenos conjugados equinos (0,15 mg/día), etinil-estradiol (2,5-5 µg/día) o 17β-estradiol (5 µg/kg/día). Esta dosis inicial se aumentará cada 6-12 meses, durante un periodo no inferior a 2-3 años, hasta alcanzar la dosis diaria de sustitución estrogénica de una mujer adulta, que es de 0,6 a 1,2 mg de estrógenos conjugados, 10 a 20 µg de etinil-estradiol ó 1-2 mg/día de 17 β-estradiol. Si presenta sangrado menstrual o cuando lleve recibiendo por lo menos seis meses una dosis equivalente a 0,6 mg de estrógenos conjugados se añadirá un progestágeno cíclico (días 12 al 21 del ciclo). El mantener la monoterapia de estrógenos un tiempo prolongado aumenta el riesgo de hiperplasia y adenocarcinoma endometrial. No es necesario asociar a los estrógenos progestágenos si no existe estructura uterina. Una vía alternativa a la terapia oral son los parches transdérmicos de 17β-estradiol que liberan 25 µg/día y de composición matricial. Este tipo de preparados permite su fragmentación y la administración de dosis bajas y progresivamente crecientes. La vía transdérmica tiene la ventaja de evitar el paso inicial por el hígado de los estrógenos orales. En el primer trimestre se recomienda comenzar con un octavo o un cuarto de parche de 25 µg, medio parche en el segundo semestre y el parche completo en el segundo año. Los incrementos de dosis, deben estar avalados por la valoración clínica de la paciente y el avance del desarrollo puberal. El objetivo es alcanzar un desarrollo mamario y uterino adecuado (M4 y tamaño uterino por ecografía pélvica de > 34-40 mm con línea endometrial visible). Completado el desarrollo puberal, es necesario establecer una terapia sustitutiva a largo plazo. En la mayoría debe administrarse una combinación continua o cíclica de estrógenos y progestágenos (estrógenos del 1 al 21 día y medroxiprogesterona desde el 12 al 21) y una alternativa más cómoda sería el uso de una píldora combinada [Progyluton® 21 días (11 comp. blancos de valerato de estradiol 2 mg y 10 comp. de color con 2 mg de valerato de estradiol + norgestrel 0,5 mg para los últimos 10 días) con siete días de descanso]. La opción a la vía oral es la administración transdérmica continua de estrógenos-progestágenos, que aporten una dosis de 50 µg/día de estradiol. Los parches se cambian cada 3-4 días durante tres semanas, transcurridas las cuales se suspende una semana el tratamiento en la cual se produce la menstruación.
ALGUNAS CONSIDERACIONES TERAPÉUTICAS EN DSD Síndrome de Klinefelter Deben recibir tratamiento hormonal sustitutivo con testosterona. Se recomienda iniciarlo en torno a 11-12 años de edad ósea, a una edad similar que el resto de sus compañeros, para alcanzar cambios puberales y lograr una buena mineralización ósea. Se deben usar ésteres de testosterona, con efecto de liberación lenta, administrado de manera secuencial por vía intramuscular, en dosis gradualmente crecientes. La dosis de inicio debe ser de 50 mg/mes y se incrementará cada seis meses hasta alcanzar una dosis de mantenimiento de aproximadamente de 200 mg/día. La bolsa escrotal de estos pacientes es pequeña no permitiendo el uso de parche transdérmicos y no existen suficientes estudios en niños sobre el uso de aplicaciones dérmicas. Con el tratamiento sustitutivo se busca conseguir una adecuada virilización puberal (tamaño del pene, distribución de la barba, vello sexual, desarrollo muscular, distribución de la grasa, etc), un crecimiento más normal (reduciendo la talla alta y las proporciones enucoides), disminuir la tendencia a la osteoporosis, una mejoría en la inserción social y mayor confianza en sí mismo. No modifica el tamaño de los testículos, ni la espermatogénesis, ni reduce la ginecomastia. Síndrome de Turner La edad de comenzar la terapia con estrógenos se debe consensuar con la paciente y sus padres. Tenemos que conocer que una vez iniciado el tratamiento sustitutivo con estrógenos, las posibilidades de crecimiento van quedar limitadas. Se recomienda instaurarlo cuando han alcanzado prácticamente la talla estimada al inicio del tratamiento con hormona de crecimiento. Se debería comenzar a una edad similar a la que se inicia normalmente el desarrollo puberal en niñas, es decir en torno a 11 años de edad ósea. No obstante, la edad de inicio es discutida, algunos esperan hasta los 15 años por temor al cierre prematuro del cartílago de crecimiento y otros aconsejan iniciarlo a los 12 años de edad cronológica. Se debe comenzar con dosis bajas de estrógenos sintéticos: etinilestradiol 2-5 µg/día o mejor con 17β estradiol e ir aumentado progresivamente cada 6-12 meses para lograr una progresiva y gradual feminización. Se debe añadir progestágeno (acetato de medroxiprogesterona: 5-10 mg/día en los días 12-21 días del ciclo) a finales del segundo año de inicio de la estrogenización. La terapia cíclica se recomienda, no sólo por los efectos psicológicos que tiene sobre el adolescente, sino también por la acción protectora que ejerce sobre el útero. La asociación de estrógenos y progestágenos parece disminuir el riesgo de adenocarcinoma de útero y de endometriosis. Al lograr un buen desarrollo mamario se puede pasar a tratamiento cíclico con anovulatorios con dosis bajas de estrógenos. El tratamiento debe mantenerse o continuarse hasta la edad de la menopausia para prevenir la osteoporosis y la aterosclerosis prematura, y mantener el desarrollo mamario y de genitales externos. Disgenesia gonadal mixta 45, X/46, XY (DGM 45, X/46,XY) Las manifestaciones clínicas son muy variables, desde virilización parcial y genitales ambiguos a pacientes con un fenotipo completo masculino o femenino. El tratamiento debe ser realizado por un equipo multidisciplinar, en casos obvios de genitales ambiguos, permitiendo la toma de decisiones informada para la asignación de sexo y el planteamiento de procedimientos. A su debido tiempo, se realizará una reconstrucción quirúrgica de los genitales. Se recomienda la gonadectomía en pacientes con una asignación de sexo femenino debido al incremento de riesgo de gonadoblastoma. Se debe inducir el desarrollo puberal a la edad habitual. En pacientes con asignación de sexo masculino, se requiere orquidopexia para fijar los testículos en el escroto y puede ser recomendable una biopsia en la pubertad. Generalmente, la gónada más disgenética debe ser eliminada. Debido al incremento de riesgo de malignidad, deben realizarse ecografías de las gónadas regularmente. El tratamiento hormonal sustitutivo es con ésteres de testosterona. Quimera o DSD Ovotesticular (46,XX/46,XY) Cualquiera que sea el sexo elegido, todo tejido que no corresponda con el sexo asignado debe ser eliminado y, en cambio, debe mantenerse el tejido gonadal que corresponda con el sexo, pues al llegar a la pubertad puede adquirir capacidad funcionante. Puede ser necesario administrar un tratamiento hormonal complementario (testosterona o estrógenos) para lograr un desarrollo normal de los caracteres sexuales secundarios. Síndrome de insensibilidad androgénica completa (CAIS; 46, XY) Los genitales externos son de una mujer normal y no se plantean dilemas en la asignación del sexo. Las personas afectadas son educadas como mujeres, y cuando consultan por amenorrea primaria en la pubertad se debe reforzar la identidad femenina. El tratamiento sustitutivo con estrógenos va a depender de si se ha realizado gonadectomía precoz. Si ésta se ha realizado se debe iniciar tratamiento con estrógenos a la edad ósea de 11-12 años. Si no se ha realizado la gonadectomía estas pacientes van a hacer un buen desarrollo mamario por la producción estrogénica de los testículos y se puede realizar la gonadectomía al finalizar la pubertad por el riesgo de tumores gonadales y continuar tratamiento sustitutivo con estrógenos. La gonadectomía no se recomienda hasta completar el desarrollo y no antes de los 16 años, aunque mientras tanto deben mantenerse controles clínicos y de imagen (eco o RNM testicular). No es necesario añadir tratamiento con progestágenos por carecer de estructura uterina. Síndrome de insensibilidad androgénica parcial (PAIS; 46, XY) La asignación de sexo en los recién nacidos con ambigüedad genital sigue siendo la decisión más difícil y complicada para las familias y los médicos y sigue siendo objeto de controversia entre los profesionales y grupos de auto ayuda. Una adecuada decisión se debe basar en un diagnóstico lo más exacto posible y una predicción de lo que puede ocurrir en la pubertad y la vida adulta. La propuesta de asignación de sexo según la respuesta al tratamiento androgénico en el periodo de lactante no es útil, porque una buena respuesta no garantiza igual respuesta en la pubertad. Si los genitales externos son predominantes femeninos la gonadectomía se recomienda realizarla antes de la pubertad para evitar las molestias físicas y emocionales de la clitoromegalia, fusión de los labios, desarrollo de caracteres masculinos en la pubertad y riesgo de cáncer. El riesgo de tumores gonadales es más precoz que en la formas completas y puede ser necesario realizar la gonadectomía prepuberal preventiva. En la pubertad se instaura la terapia estrogénica sustitutiva. Si se asigna género masculino se recomienda asegurar que los testes estén en bolsa escrotal. Hay que monitorizar el desarrollo puberal espontáneo que se produce a la edad adecuada, con el fin de observar la progresión de la virilización espontánea en función de los niveles circulantes de testosterona, ya que existe una resistencia parcial a la acción de los andrógenos. El grado de resistencia es muy variable, incluso entre portadores de la misma mutación en el gen del receptor de andrógenos. Si la virilización es insuficiente se puede administrar tratamiento hormonal sustitutivo con dosis elevadas de andrógenos sintéticos que no puedan ser metabolizados a estrógenos. En la mayoría de pacientes se desarrolla una ginecomastia debido a la producción testicular y periférica de estradiol y la resistencia parcial a los andrógenos; la ginecomastia debe tener un tratamiento quirúrgico. Deficiencia de esteroide 5-alfa-reductasa El síndrome se caracteriza al nacimiento por la presencia de genitales externos ambiguos con un falo de aspecto clitoriano, hipospadias, escroto bífido y seno urogenital persistente con un orifico vaginal perineal ciego. Sin embargo, los fenotipos de los genitales externos pueden ir desde un aspecto femenino completo a un masculino con hipospadias y/o micropene. Los testículos se encuentran en los pliegues labio escrotales o en los canales inguinales. En la pubertad, a menos que de que se haya realizado una gonadectomía, se produce una virilización significativa sin ginecomastia. La asignación de género debe discutirse de forma cuidadosa para cada caso, dependiendo de los resultados esperados de la genitoplastia masculinizante. No necesita tratamiento sustituvo en pubertad si no se extirpan los testes. Si se asigna una identidad femenina, se procede a una genitoplastía feminizante y a una gonadectomía y un tratamiento hormonal estrogénico a la edad adecuada. Deficiencia 17-beta-hidroxi-esteroide deshidrogenasa (17β HSDIII) Al nacimiento presentan genitales femeninos o genitales externos ambiguos (fusión posterior de labio escrotal, clitoromegalia). Los testes se localizan en canal inguinal o labio escrotal. La próstata y las estructuras de Müller están ausentes. En la pubertad desarrollan signos de virilización y la mayoría ginecomastia. Si está asignado género femenino presentará hirsutismo y amenorrea primaria y si es masculino tendrá ginecomastia y desarrollo incompleto de genitales. Si tienen asignado el género femenino se puede hacer feminización de genitoplastía, gonadectomía y estrogenización. La deficiencia de 17-cetoesteroide reductasa es a menudo mal diagnosticada durante la infancia y se detecta en la pubertad en chicos genéticamente masculinos que han sido educados como niñas y desarrollan hirsutismo y amenorrea primaria o que han sido criados como niños y presentan ginecomastia y desarrollo genital incompleto. Si el diagnóstico se establece en el nacimiento, se debe discutir cuál es el género a asignar, dependiendo de cuáles sean los resultados esperados de una genitoplastia masculinizante. Si se elige una identidad femenina se procederá a una genitoplastia y gonadectomía feminizantes. DSD 46, XX o disgenesía gonadal 46, XX Es un defecto ovárico primario que conduce a insuficiencia ovárica prematura. Las mujeres afectas durante la adolescencia presentan una pubertad retrasada o ausente y como resultado una amenorrea primaria. Los genitales externos y internos se desarrollan con normalidad. Su tratamiento debe incluir terapia de reemplazo hormonal (estrógenos y progestágenos). La infertilidad es un problema y el embarazo se puede lograr mediante ovodonación. Disgenesia gonadal completa 46, XY Es un trastorno del desarrollo sexual (DSD) asociado con anomalías en el desarrollo gonadal que resulta en la presencia de genitales externos e internos femeninos, a pesar de un cariotipo 46, XY. Los pacientes presentan genitales externos e internos femeninos normales, pero con falta de desarrollo puberal, aunque la adrenarquia es normal. Las gónadas son disgenéticas y están asociadas a un riesgo mayor de desarrollar tumores abdominales. Durante la pubertad se indicará la terapia hormonal sustitutiva estrogénica y progestágenos. La infertilidad es un problema de manejo importante; sin embargo, el embarazo puede ser factible a través de la ovodonación. Disgenesia gonadal parcial 46, XY La disgenesia gonadal parcial 46, XY (DGP 46, XY) es un trastorno del desarrollo sexual (DSD) asociado a anomalías en el desarrollo gonadal que da lugar a una ambigüedad genital de grado variable en un paciente portador de un cariotipo masculino 46,XY. Se caracteriza por genitales externos ambiguos con o sin estructuras müllerianas. El grado de ambigüedad genital externo varía en un espectro que va de un fenotipo casi femenino con clitoromegalia en un extremo a un fenotipo casi masculino con hipospadias aislados al otro. Se producen gonadoblastomas o tumores invasivos de células germinales en alrededor del 20-30% de los pacientes. La terapia hormonal en pacientes con sexo social femenino se basa en estrógenos y progesterona para pacientes con útero para inducir las menstruaciones y solo estrógenos en pacientes sin útero. El reemplazo con andrógenos, incluyendo inyecciones de testosterona, se indicará en pacientes con sexo social masculino. Se requiere cirugía para permitir el desarrollo adecuado de genitales externos y la eliminación de estructuras internas inapropiadas para el sexo social, y debe efectuarse antes de los 2 años. La gonadectomía bilateral puede realizarse antes de la pubertad para evitar la degeneración de tejido disgenético en pacientes criados como mujeres debido al riesgo relativamente alto de neoplasia gonadal. El síndrome del conducto mülleriano persistente (SCMP) Es un raro trastorno del desarrollo sexual (DSD) caracterizado por la persistencia de los derivados müllerianos, el útero y/o las trompas de Falopio, en por lo demás niños normalmente virilizados. Son varones genotípicamente (46, XY) y fenotípicamente (genitales externos virilizados normales). Los niveles de testosterona son habitualmente normales, a menos que haya ocurrido una degeneración testicular. El SCMP se descubre generalmente de manera accidental durante la cirugía por testículos no descendidos o hernias inguinales en niños con genitales externos normales. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener conflicto de intereses en relación con este artículo. | |||||||||
References | |||||||||
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